Pues sí. Aunque no lo aparenta, Antonio ya tiene edad de jubilarse, y después de 23 años de trabajo y dedicación deja un poquito huérfano al Licinio. Nos consuela pensar que se va a disfrutar la vida, que bien ganado se lo tiene. Pensamos que tiene intención de viajar mucho y recorrer mundo para seguir aprendiendo y, sobre todo, para volver luego a contarnoslo. Porque que quede claro: esto no es una despedida, es un hasta luego!
Os dejamos algunas fotos del homenaje que le ha dedicado el alumnado del centro, representado por los chicos y chicas de 3º y 4º de ESO, que le han "invitado" a plantar un pino en compensación por la desmesurada cantidad de papel gastado en rellenar sus ya famosas fichas de tutoría. Lo cuidaremos con mucho cariño, igual que Antonio nos cuidó antes a nosotros.
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